2019 fue el año en que FRUTO comenzó a brotar. El evento consiguió traer al palco de Unibes contenido exclusivo, relevante y esencial para el contexto histórico actual. Repensar nuestra relación con el alimento, con el consumo, con los residuos y con la naturaleza se convirtió en algo urgente e inevitable. El cambio ya está en proceso.
En FRUTO 2019 reforzamos nuestras raíces en conocimientos y acciones. En tiempos de informaciones desencontradas, nos sumergimos en datos y análisis más profundos y buscamos apoyo en la ciencia, la historia, los saberes de pueblos originarios, en la oceanografía, la economía, la política y la educación. Descubrimos y conocimos a fondo proyectos que ya están siendo desarrollados en todo el mundo, desde China hasta Alemania, desde los Estados Unidos a Zimbabue, de Argentina a Canadá. Personas y profesionales visionarios y llenos de coraje subieron al palco para contar sus historias y traer sus visiones, diversas, sobre alimento. Fue intenso y revelador. Algunas caminos ya están abiertos.
Merece atención el hecho de haber buscado igualdad de género como propósito. Fue vibrante y emocionante la participación de mujeres de diferentes países y etnias dando sus testimonios. También fue fundamental la diversidad de oradores, aproximando académicos, cocineros y grandes especialistas de distintos países del mundo a jóvenes que están actuando en la periferia paulistana. Necesitamos dar atención a los jóvenes.
Nuevamente, todo el evento buscó concretar lo que estaba siendo discutido en el escenario. Tuvimos la exposición “Amerindios de Brasil”, con trabajos del fotógrafo Renato Soares, hamacas, cultivos de bolso, intervención del artista plástico Derlon y nuestros queridos filtros de barro. Tuvimos abejas nativas, vainillas del cerrado y centenas de ingredientes brasileros. Desde la comunicación a la alimentación de los participantes, evitamos al máximo el uso de plástico, buscamos servir platos utilizando el concepto de aprovechamiento total del alimento y el uso de ingredientes maduros y fuera de padrón que serían descartados. Agradecemos especialmente a feriantes y proveedores que separaron centenas de kilos de comida para practicar ese ejercicio de ciudadanía.
FRUTO creció. Más que un evento anual, entendió que es necesario crecer más. Tornarse realmente un agente de conexión entre diferentes actores que buscan ese nuevo mirar y accionar en relación al alimento y al desperdicio como forma legítima de preservación del medio ambiente.
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Vamos juntos. Es necesario ampliar estos diálogos. Es necesario diseminar las semillas, afianzar las raíces y regar. Es necesario regar mucho esa muda que comienza a crecer. ¡Vamos!
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